En la escuela mexicana de educación básica y media básica, la práctica común en la enseñanza de la historia se reduce a la memorización de datos y fechas totalmente descontextuados de un proceso histórico así como al culto acrítico de los héroes nacionales.[1]
No fue sino hasta el seminario sobre la aplicación de la Situación Problema en la enseñanza de la historia que me ocupé en considerar más de una “versión” de los diferentes capítulos de la historia que reviso con los niños en el aula. A pesar de que mi intuición algo me anunciaba, fue hasta entonces que pude cuestionarme acerca de la visión dominante de una historia-verdad vs. una historia compleja, construida a partir de contradicciones…
Hace catorce años que escribí esto. En 2002 me inscribía al posgrado en Historia y Etnohistoria y los problemas de la enseñanza quedaron rezagados frente a los problemas de la investigación disciplinar. Inicio una nueva etapa conciliando ambos intereses y pasiones con un acercamiento a la didáctica de la problematización en el campo de la Educación superior.
En esta ocasión agregaré dos reflexiones: Una sobre la Situación problema con que abrí esta entrada (Fabián, 2002) y la que construí para atender un desafío en educación superior a partir de la metodología de la problematización.
Espero motivar sus comentarios…
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https://docs.google.com/document/d/1LTRU-KPMrFnZK9KHspoCImB6dRP_N30h0LCMmdlnP9I/pub
[1] Rafael Quiroz Estrada. Las condiciones de posibilidad de aprendizaje de los adolescentes en la educación Secundaria. Tesis, para obtener el grado de Doctor en Ciencias. Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. México, 2000.